miércoles, diciembre 13, 2006

LLEVARLA EN LOS LABIOS

Una de las cosas que siempre me ha enloquecido es besar su sexo. Allí, en la intimidad de su vientre, parece como si te sumergieras en un manantial prístino, mítico. Hueles esos perfumes mezclados y lentos, que flotan como las brumas del bosque y cambian de rinconcito a rinconcito. Tu boca se llena de un aroma tan penetrante y perfumado, tu lengua se introduce por sus relieves, y a veces la dureza de un pelo público rompe tanta licuosidad y ablandamiento.
Pero lo que más me gusta es llevarla después todo el día. En su olor pegado a mi bigote. Me basta sólo con alzar el labio, olerme a mí mismo y evocar la riqueza panteísta y sensual de su sexo blando, húmedo, tierno, entregado...

6 comentarios:

Manu dijo...

Maravilloso tu blog, me encanta como escribes. El muy no es tan sutil y sensual como el mío.je,je
Pero el articulo de los labios es estupendo. Llevar ese olor durante todo el día resulta maravilloso.

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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