domingo, mayo 17, 2009

SEXO CIBERNÉTICO





Hoy he tenido mi primera sesión de sexo cibernético. No sé si lo haré más. He sacado conclusiones interesantes, eso sí. Cuando conoces a una mujer y salta la chispa, los primeros días son como caer en un tobogán. Estás pendiente de ella hasta el menor de sus gestos, te obsesionas, te dejas llevar. Das un paso y ella te acompaña. ¡Es la felicidad! Y esa corriente elétrica te acaba conduciendo a la relación, al beso, al sexo, a la relación íntima, la palabra, el calor, el contacto, y la electricidad explota en mi cohetes físicos y fisiológicos.

El sexo cibernético te crea esa electricidad, pero no sale de allí. De manera que comienzas a cargarte y a cargarte. Te llenas de las mismas urgencias y obsesiones que en el sexo real. Pero con la diferencia de que, al ser unilateral, es como una mano con solo un dedo muy largo. Te agota, te exprime, te paranoia. Y al otro lado no hay nadie, sólo una identidad fingida. De manera que sólo te calienta, no te da una verdadera satisfacción.

Es curioso porque te pone, incluso te crea celos, nostalgias, arrepentimientos Igual que el otro.

Lo que me hace pensar que en muchas cosas el sexo real es tan fantasmático como el cibernético.

1 comentario:

Baile Antiguo dijo...

Puede ser.
Pero si alguien no sabe ciberfollar, tampoco sabe follar.
Lo de viceversa no se da. Lo demás está comprobado.