martes, mayo 02, 2006

PRIMERA EXPERIENCIA RELIGIOSA

Ya sé que es un tópico eso de hablar de musas, de diosas y de todo ese rollo. Pero en mi caso es verdad. Ver reflejado su desnudo en una imagen fue para mí una revelación. Como si a través suyo se manifestara un mito, un canal erótico supremo. Y eso me hacía perder la cabeza.

La primera vez que hice pasar a papel una de aquellas diapositivas estuve todo el día erecto. Pero curiosamente, lo que más me excitaba era pensar que los del laboratorio, los de la tienda de fotos, estarían contemplando aquel cuerpo perfecto. Que se excitarían tanto como yo.

Cuando fui a buscar la ampliación, todavía no había llegado. Y la empleada de la tienda llamó al laboratorio. Pude escuchar perfectamente por el teléfono: "Pregúntale al cliente si no tiene más fotos así". Me imaginé al laboratorio fotográfico masturbándose en masa. Creía morir de éxtasis.

Pero luego no sabía dónde guardar la foto, porque si me la descubría ella me mataba.

Así que me inventé un sistema a base de encargar un doble marco de cuadro. Tenía cristal por los dos lados. En uno puse una postal de Berlin. Y en el otro, su magnífica foto desnuda.

Así, cuando ella no estaba, le daba la vuelta. Y si venía una visita, miraba por el rabillo del ojo su reacción. Todos se conturbaban al ver aquella foto en la pared. Para mi total realización.

Era como una diosa emanando su poder. Algo estaba pasando en mi interior y yo no sabía qué era.

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