EL PANADERO PAJÓN

La excitación que me produjo colgar la primera foto de ella desnuda en mi blog me recordó una historia de vacaciones. Ibamos a un pueblo de la costa andaluza, donde alquilamos una casa. Era muy pequeño, con una tienda de esas donde hay de todo y una panadería. El panadero era un hombre gordo, con gafas muy gruesas, fofo y de piel muy blanca, como todos los panaderos. Solíamos bañarnos en una cala alejada, con unas rocas medio escondidas. Un día ella se desnudó y se puso a tomar el sol, porque no se veía a nadie. Yo subí por el acantilado para buscar algo que no recuerdo, y al volverme atrás vi al panadero escondido detrás de una mata.

La estaba mirando con la boca desencajada. pero al mismo tiempo, se frotaba el sexo con la mano encima mismo del traje de baño. ¡El panadero se hacía un paja allí mismo! De vez en cuando miraba hacia atrás por si le descubrían. Y seguía traca-traca mientras miraba el vientre y el pubis de ella.

No sé si acabó por correrse. Pero desde entonces cada vez que compraba el pan me parecía que en medio de la miga habría algo de la viscosa masturbación del panadero. Y me pasé al pan Bimbo.