Esta noche ha sido una noche importante para mí. Habitualmente duermo solo, pero hoy me ha acompañado una vieja amiga con la que tengo relaciones desde hace unos años. Cambia mucho el sueño cuando estás con alguien. El calor del otro cuerpo, la sensación de estar acompañado es como si subiese el volumen de lo que sale en tus sueños.
He soñado que estaba con mi ex. Y follaba dulcemente con ella. Primero me la chupaba como solía hacer, de forma suave y moviendo la lengua por el frenillo. Luego yo la acariciaba, hundía mis dedos en sus pechos grandes y lánguidos. Y mientras le tocaba el pubis a mi compañera de cama, soñaba que lo hacía con mi ex. Eso me llenaba de una especie de plenitud inexplicable.
Me he levantado como si hubiese sucedido algo importante. Me hace pensar en lo que dijo el analista. Cada hombre proyecta en su interior una imagen de la feminidad que le identifica para siempre. Y si cree encontrarla en una mujer concreta, se enamora perdidamente de ella.
Es lo que ha sucedido con mi ex. Era una mujer desagradable, que me engañaba y me trataba mal. Pero comprendo con desespero que no podré echarla nunca de mis sueños. Y que cuando folle con otras mujeres follaré con su fantasma.
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